En nuestras vidas nos vemos inmersos en un conjunto de relaciones y compromisos que abarcan desde lo personal hasta lo financiero. Ya sea al comprar un hogar con un ser querido, alquilar una vivienda con un amigo o incluso iniciar un negocio en común, nos encontramos constantemente en situaciones donde nuestras acciones están interconectadas con las de otros.
En este contexto, aparece un concepto con el que alguna vez nos podemos encontrar: la responsabilidad solidaria. Aunque suena técnico y legal, este concepto tiene implicaciones profundas en nuestras vidas cotidianas y actividades económicas. En este artículo, examinaremos qué implica exactamente la responsabilidad solidaria, qué es lo más importante a tener en cuenta sobre ella y mostraremos algunos ejemplos relacionados con este tema.
¿Qué son las deudas solidarias?
Las deudas de carácter solidario son aquellas en las que dos o más personas se comprometen conjuntamente a cumplir con una obligación. Esto significa que cada deudor es responsable del pago total de la deuda, no simplemente de una parte proporcional.
Las deudas de este tipo son especialmente beneficiosas para el acreedor porque permite reclamar a cualquiera de los distintos deudores la totalidad de la deuda, incrementando así sus posibilidades de recibir el pago. Por tanto, este tipo de responsabilidad busca garantizar la eficacia en el cumplimiento de las obligaciones y proteger los intereses del acreedor.
Efectos de la responsabilidad solidaria: el acreedor reclama a cualquier deudor por el todo
Conforme con esta característica de las deudas solidarias, una puede ver fácilmente las importantes implicaciones que tiene. Si uno de los deudores no cumple con su parte, los acreedores tienen el derecho de exigir el pago a cualquiera de las partes restantes. Esto significa que, en última instancia, una sola parte podría terminar asumiendo la totalidad de la deuda.
Además, es importante destacar que, en el caso de las deudas de carácter solidario, los acreedores tienen la facultad de demandar judicialmente a cualquiera de los deudores para el pago total de la deuda. Esto significa que, en caso de incumplimiento, cualquier parte puede ser objeto de una acción legal por parte del acreedor, independientemente de su participación inicial en la deuda. Además, el acreedor, una vez obtenida una sentencia favorable, puede proceder a ejecutar bienes de cualquiera de los deudores para satisfacer la deuda.
Efectos de la responsabilidad solidaria: el derecho de repetición del deudor
El otro efecto relevante de las deudas solidarias tiene que ver con las relaciones entre los deudores. Si uno de los deudores paga la totalidad de la deuda, va a poder reclamar al resto de deudores la parte que les correspondía pagar y que ha tenido que satisfacer por ellos. Esto es lo que se conoce como derecho de repetición.
Es decir, si por el efecto de la responsabilidad solidaria un solo deudor asume la deuda de otros va a poder posteriormente exigir a los demás el pago de lo que les correspondía con intereses. Por lo tanto, en las deudas solidarias el deudor que asume el pago del resto no queda desprotegido, pudiendo a su vez reclamar a sus codeudores lo pagado.
Efectos de la responsabilidad solidaria: la notificación a un deudor interrumpe la prescripción de todos
La solidaridad de una deuda también afecta al régimen de prescripción de la misma. Como explicamos en este artículo, la prescripción implica la extinción de la deuda con el paso del tiempo. La prescripción se puede detener por distintos medios, como por ejemplo, la reclamación extrajudicial al deudor.
Debemos saber que en la deudas solidarias la notificación de reclamación hecha a uno de los deudores afecta a todos los demás. Es decir, si se reclama la deuda a solo un deudor, esta hace que se interrumpa la prescripción de la deuda también para el resto de deudores.
Formas de constituirse una deuda como solidaria
Debemos saber que existen diversas formas en las que una deuda puede ser considerada como solidaria. En principio, es muy importante tener en cuenta que una deuda es solidaria solo cuando así se ha establecido expresamente. Es decir, no es posible que se presuma que una deuda es solidaria. Esto debe ponerse de manifiesto de manera clara y precisa.
Las formas de establecer el carácter solidario de una deuda son tres:
▶ El pacto en un contrato fijando la deuda como solidaria.
▶ El establecimiento en una ley del carácter de la deuda como solidaria (p. ej. esto ocurre mucho en las leyes fiscales y laborales).
▶ El reconocimiento de este carácter por un tribunal.
Diferencias entre responsabilidad solidaria y mancomunidad
Es fundamental distinguir entre la responsabilidad solidaria y la mancomunidad. En la responsabilidad solidaria, como venimos diciendo, cada deudor responde por la totalidad de la deuda. Por el contrario, en la mancomunidad cada deudor responde únicamente por su parte proporcional. Así, en este último caso, si uno de los deudores no cumple con su parte, el acreedor solo puede reclamarle esa parte y no la totalidad de la deuda.
Ejemplo de responsabilidad solidaria: préstamo al banco
Como ejemplo, imaginemos que tú y tu hermano tenéis el sueño de iniciar un negocio juntos y decidís pedir un préstamo al banco para financiarlo. Se firma un contrato con el banco donde os comprometéis a devolver el dinero prestado, que es el préstamo para iniciar la empresa. En este caso, la deuda que habéis contraído con el banco se establece como solidaria.
Esto significa que, aunque los dos sois socios en el negocio y compartís la deuda, cada uno es responsable de pagarla por completo. Si por alguna razón uno de vosotros no puede pagar su parte, el banco puede exigirle al otro que pague toda la cuota.
Por ejemplo, si tu hermano enfrenta dificultades económicas y no puede pagar su parte del préstamo, el banco puede pedirte a ti que pagues toda la cuota. Y si no lo haces, el banco podría iniciar acciones legales contra ambos o contra uno solo de vosotros para recuperar todo el dinero prestado.
Ejemplo de responsabilidad solidaria: pago de alquiler
Otro ejemplo: pongamos que tú y tu pareja decidís mudaros juntos y alquiláis un piso. Firmáis un contrato de arrendamiento con el propietario donde se establece que sois responsables solidarios del pago del alquiler.
La responsabilidad solidaria en este caso implica que ambos sois responsables de pagar la totalidad del alquiler, sin importar quién aporte qué parte. Si uno de vosotros no puede cumplir con su parte del pago, el propietario puede exigir al otro que cubra la totalidad de la deuda.
Ejemplo de derecho de repetición entre deudores
Por último, os ponemos un ejemplo de derecho de repetición. Pongamos por caso que tú y tu novio/a decidisteis comprar juntos un coche mediante un préstamo de 15.000 euros, comprometiéndoos cada uno a pagar la mitad del préstamo. Sin embargo, tu pareja pierde su trabajo y no puede contribuir con su parte del pago mensual, dejándote asumir la totalidad del pago varios meses ascendiendo lo que has pagado tú solo a 3.000 euros.
Ante esta situación, de esos 3.000 euros que has pagado tú, podrías reclamar a tu pareja su mitad, que equivale a 1.500 euros, utilizando tu derecho de repetición. Este derecho te va a permitir recuperar la equidad en los pagos del préstamo del coche, ya que, aunque inicialmente se acordó compartir la responsabilidad por igual, tú asumiste un exceso de pagos debido a las dificultades financieras de tu pareja.
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