Por sorprendente que parezca, uno se puede encontrar con el problema de que la persona a la que debe dinero no quiera recibirlo. Puesto que nosotros estamos obligados a pagar, nos queremos asegurar de que, a pesar de la negativa de la otra persona, nuestra conducta no se pueda calificar como de incumplimiento. Aquí os explicamos en qué consiste la consignación que es la forma de cumplir con el pago que debemos, a pesar de la negativa del acreedor a recibirlo.
Qué ocurre cuando el acreedor no quiere cobrar
De primeras, puede uno creerse que es prácticamente imposible que una persona que tiene derecho a cobrar algo, rechace el pago cuando se lo ofrece el obligado a hacerlo.
Sin embargo, esto ocurre con mayor frecuencia de lo que uno puede pensar. De hecho, la ley regula qué es lo que se debe hacer en estos casos.
Estas situaciones se suelen producir porque el acreedor utiliza la falta de recepción del pago para conseguir otro fin que le beneficia. Por ejemplo, un propietario puede haber acordado la venta de su casa a una persona. Sin embargo, viene un tercero y le ofrece más dinero y puede pretender no recibir el dinero del comprador original para cerrar el trato con la otra persona.
Otro caso bastante común tiene que ver con los contratos de alquiler. El propietario puede pretender no recibir el pago de la renta para así intentar tener un motivo para resolver el contrato y desahuciar.
Debemos saber que en estos casos y en otros similares, la ley regula la figura de la llamada consignación para evitar este tipo de prácticas.
En qué consiste la consignación
La consignación consiste esencialmente en dejar en depósito la cantidad debida al acreedor que se niega a recibirla, de tal forma que esté a su disposición para que la reciba cuando quiera.
Es decir, la consignación permite que sin entregar el dinero directamente al acreedor, al quedar a su disposición, se entienda que el deudor ha cumplido con su obligación.
Para qué sirve la consignación
Con la consignación el deudor evita que la falta de pago se considere como un incumplimiento que pueda derivar en distintas responsabilidades, como la resolución del contrato o el abono de una indemnización por daños y perjuicios.
Por tanto, con la consignación se entiende a todos los efectos legales que se ha pagado y que se ha cumplido con lo acordado.
Qué tipos de consignación hay
Es necesario saber que para que la consignación se equipare al pago debe de hacerse en la forma que determina la ley. Así, existen dos maneras de hacer la consignación válidamente: la judicial y la notarial.
Qué es la consignación judicial
Para realizar la consignación judicial, es necesario realizar una petición al Juzgado en este sentido. De la solicitud del deudor, el Juzgado da traslado a su acreedor para que alegue lo que considere oportuno.
Después de atender a las alegaciones de ambas partes, el Juez decidirá si la consignación estaba bien hecha en atención a lo acordado por las partes. Con la declaración de estar correctamente realizada la consignación, el deudor evitará las consecuencias de considerar incumplida su obligación de pago.
Qué es la consignación notarial
Con la consignación notarial, lo que se lleva a cabo es que el deudor solicita al notario que dirija un requerimiento al acreedor informándole de que pone a su disposición la cosa o el dinero debidos.
Se establece un plazo en el que el acreedor puede contestar al requerimiento, aceptando o rechazando la consignación.
Si finalmente el acreedor decide rechazar la consignación, el deudor contará con un acta notarial en donde se refleje que ha hecho todo lo posible para intentar cumplir con su obligación de pago. De esta manera, si posteriormente el acreedor le reclama por ello, podrá alegar que no fue su culpa el incumplimiento.
Quién paga los gastos de la consignación
Puesto que la consignación supone tener bienes en depósito, esto genera unos gastos y hay que saber quién debe de asumirlos.
En un principio, será el deudor que promueve la consignación el que tenga que anticipar los gastos. Sin embargo, una vez se determine si la consignación está correctamente realizada, los gastos deberán asumirse definitivamente por quien haya provocado que se realizase la consignación.
Importancia del ofrecimiento y la voluntad de pago
Por último, dejamos hecha una recomendación muy importante en estos casos. Es esencial que el deudor comunique y deje constancia de su voluntad de pago en todo momento. Se deberá de enviar al acreedor una comunicación fehaciente en donde se refleje que se hace un ofrecimiento al pago y que existe una total voluntad de cumplimiento.
Otros casos en los que es posible la consignación
Aparte de la situación que hemos explicado, la ley prevé la consignación también para otros supuestos similares.
Entre ellos se encuentran, el estar el acreedor ausente, el que varias personas pretendan tener derecho a cobrar o que el acreedor sea desconocido.
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Escrito por: AINOS ABOGADOS – Alejandro de Grado
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